Mientras tanto en Japón (parte 3)

Con mi amiga sueca Linda (Hi Linda!) nos mandamos regalos con cierta regularidad. Algunas veces son regalos sugeridos por el receptor, a veces son totalmente espontáneos.


Los espontáneos suelen ser bastante memorables. Como el libro Fashion cats, de Takako Iwasa,

Trate de no juzgar el libro por la tapa. Es imposible.

Pero es realmente una experiencia.  Página por página, dos gatos estoicos disfrazados de cosas que uno se puede imaginar (mujer) y cosas que no (mosquetero)

Una review de Amazon describe en pocas palabras:


"Great Xmas gift for the crazy cat lady in your life. Like a car crash for most. Can't take your eyes off of it, but feels wrong to look."





Los modelos son dos gatos que posan como los distintos personajes. La flexibilidad con la que cambian de disfraces femeninos a masculinos es francamente perturbadora para aquellos de sensibilidad hetero-normativa. Le advierto al lector que el gato travestido es muy fuerte, sobre todo porque el libro lo lleva a uno desde la primera pagina a comprar el pacto ficcional de que el gato naranja es macho y la gata blanca es hembra, y 3 páginas después viste al gato naranja de princesa sin ninguna advertencia al consumidor.



Igualmente fuerte es el disfraz de Hello Kitty. Disfrazar al gato real de gato caricatura me hace pensar en la escena de "El barbero de Sevilla" en la que el hombre se disfraza de mujer para pasar desapercibido y poder cantarle una serenata a su amada, pero el registro de la voz es tan alto que la escena es interpretada por...una cantante mujer, vestida de mujer.




Comentarios

  1. Esto es muy fuerte y habla de la falta de respeto con la que se trata la dignidad del ente gatuno.

    Me recuerda la obra de Hamlet, con la única diferencia que no-hay-ninguna-linea-de-hamlet-,-no-tiene-el-mismo-hilo-conductor-,-no-hay-calaveras-involucradas-y-en-esto-hay-gatos-disfrazados. El paralelo es chocante.

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