El gato Volador
Un día Tuki me llama todo contento porque compró pasaje.
Y en la misma frase, sin buffer "Y me llevo al gato!"
Elías solo conocía el departamento, la veterinaria, y los dos metros de calle en el medio de ambos. Odiaba ser transportado (ODIABA). El ascensor ya lo ponía histerico. Absorbí la noticia con amargura. Era cierto que tuki iba a estar solo en un Estado sureño republicano kukluxclánico e iba a necesitar mas de la protección de Elías que yo...pero el trato era que se quedaba conmigo!
En el medio de los felices preparativos de tuki (y de elías que estaba fascinado con las valijas y las cajas abiertas) llama a Delta para saber los requisitos para que el felino viaje
Acá está jugando con su transportador a que es María Antonieta
Faltaban unas dos semanas para el viaje. Era un viernes. Llamé a tuki para ver en que andaba. No contestó. Llame a la casa, tampoco. Llamé a la madre, tampoco (!)
Estaba bastante sugestionada, y fui directamente al departamento. Lo encontré totalmente destruido/lloroso. Por un momento pensé que había pasado algo terriblemente malo.
No me quería decir que le pasaba. Al final, escupe "el-ga-to-no-pue-de-via-jar"
Estaría enfermo? le faltaba alguna vacuna??
"ESTÁ DEMASIADO GORDO"
La situación era delicada, pero tuve que contenerme para no reirme
Delta Airlines exigía que el gato pese 5 kg, y elías pesaba 6.5 kg (ya sabemos, un cachorro de ovejero alemán). Viajaban en dos semanas y era bastante obvio que no importa lo agresiva que fuera su dieta, no había manera de hacerlo bajar el peso en ese tiempo
Para calmarnos, y para hacer algo, llamé a Delta Airlines
Luego de mucho forcejeo con voces electrónicas llegué a una voz humana operada por un humano. Mi mejor estimación es que era cubano.
Le pregunto por "el kilo de sobrepeso" (claramente no era estratégico asumir que eran un kilo y medio, no les parece?)
Aparentemente no era el tipo de preguntas a las que estaba acostumbrado.
"Va a depender de la balanza donde lo pesen"
La respuesta fue digna de Buda. Pero yo estaba buscando algo mas cercano al pensamiento lineal de occidente, al estilo que nos den la opción de pagar sobrepeso.
"Todas las balanzas están calibradas distintas, pueden pesar al animal y que diga 3 kilos o que diga 10 kilos"
Corté la conversación a esa altura. Era obvio que no iba a sacarle ninguna respuesta razonable.
A los 10 minutos, mas calmado, llama tuki. Llega a la misma persona. El karma es muy poderoso. El operador, si no nos acordamos mal, se llamaba roger gonzalez, y en seguida se dio cuenta que se trataba del mismo tema, y que no lo ibamos a dejar en paz
Trató de empezar con su ponencia budista de nuevo, pero con tuki el horno no estaba para bollos.
Se dió cuenta.
Finalmente llamó a alguien que conocía a alguien, y escupe otra parte del reglamento: el gato mas su transportador no tenían que pesar mas de 9 kilos
El transportador de Elías era liviano, asi que sabíamos que llegaba bien con el peso.
Le agradecimos a Roger y lo pusimos a Elías a dieta.
Al final no lo pesaron nunca. Viven juntos felices y yo los saludo por webcam.
Todavía no disminuye mi incredulidad ante la situación y le hablo a todo el mundo del tema. He descubierto que es un tema bastante fructífero de conversación que me permite evitar hablar de la relación a distancia o el trabajo.
Y en la misma frase, sin buffer "Y me llevo al gato!"
Elías solo conocía el departamento, la veterinaria, y los dos metros de calle en el medio de ambos. Odiaba ser transportado (ODIABA). El ascensor ya lo ponía histerico. Absorbí la noticia con amargura. Era cierto que tuki iba a estar solo en un Estado sureño republicano kukluxclánico e iba a necesitar mas de la protección de Elías que yo...pero el trato era que se quedaba conmigo!
En el medio de los felices preparativos de tuki (y de elías que estaba fascinado con las valijas y las cajas abiertas) llama a Delta para saber los requisitos para que el felino viaje
Acá está jugando con su transportador a que es María Antonieta
Faltaban unas dos semanas para el viaje. Era un viernes. Llamé a tuki para ver en que andaba. No contestó. Llame a la casa, tampoco. Llamé a la madre, tampoco (!)
Estaba bastante sugestionada, y fui directamente al departamento. Lo encontré totalmente destruido/lloroso. Por un momento pensé que había pasado algo terriblemente malo.
No me quería decir que le pasaba. Al final, escupe "el-ga-to-no-pue-de-via-jar"
Estaría enfermo? le faltaba alguna vacuna??
"ESTÁ DEMASIADO GORDO"
La situación era delicada, pero tuve que contenerme para no reirme
Delta Airlines exigía que el gato pese 5 kg, y elías pesaba 6.5 kg (ya sabemos, un cachorro de ovejero alemán). Viajaban en dos semanas y era bastante obvio que no importa lo agresiva que fuera su dieta, no había manera de hacerlo bajar el peso en ese tiempo
Para calmarnos, y para hacer algo, llamé a Delta Airlines
Luego de mucho forcejeo con voces electrónicas llegué a una voz humana operada por un humano. Mi mejor estimación es que era cubano.
Le pregunto por "el kilo de sobrepeso" (claramente no era estratégico asumir que eran un kilo y medio, no les parece?)
Aparentemente no era el tipo de preguntas a las que estaba acostumbrado.
"Va a depender de la balanza donde lo pesen"
La respuesta fue digna de Buda. Pero yo estaba buscando algo mas cercano al pensamiento lineal de occidente, al estilo que nos den la opción de pagar sobrepeso.
"Todas las balanzas están calibradas distintas, pueden pesar al animal y que diga 3 kilos o que diga 10 kilos"
Corté la conversación a esa altura. Era obvio que no iba a sacarle ninguna respuesta razonable.
A los 10 minutos, mas calmado, llama tuki. Llega a la misma persona. El karma es muy poderoso. El operador, si no nos acordamos mal, se llamaba roger gonzalez, y en seguida se dio cuenta que se trataba del mismo tema, y que no lo ibamos a dejar en paz
Trató de empezar con su ponencia budista de nuevo, pero con tuki el horno no estaba para bollos.
Se dió cuenta.
Finalmente llamó a alguien que conocía a alguien, y escupe otra parte del reglamento: el gato mas su transportador no tenían que pesar mas de 9 kilos
El transportador de Elías era liviano, asi que sabíamos que llegaba bien con el peso.
Le agradecimos a Roger y lo pusimos a Elías a dieta.
Al final no lo pesaron nunca. Viven juntos felices y yo los saludo por webcam.
Todavía no disminuye mi incredulidad ante la situación y le hablo a todo el mundo del tema. He descubierto que es un tema bastante fructífero de conversación que me permite evitar hablar de la relación a distancia o el trabajo.
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